Las mujeres hemos pasado por distintos obstáculos a lo largo de la historia. Se nos ha mirado como una figura inferior a la del hombre por una serie de cuestiones sociales y tradicionales. Afortunadamente, muchas de nosotras hemos sido capaces de romper esos paradigmas y sobresalir en distintas circunstancias y en diferentes escenarios.
No es fácil librar las batallas que vivimos a diario, rompiendo paradigmas de machismo que aún están presentes en la sociedad. Aun así, muchas encontramos la oportunidad de sobresalir, trabajamos duro para ello. Es por eso que me siento agradecida conmigo misma por ser quien soy y por estar en el lugar que estoy; pues cada paso que di y cada logro los he vivido al 100 % del costo que han implicado.
Desafortunadamente, muchas mujeres no tienen esas mismas oportunidades, y están en situaciones de vulnerabilidad que no les permiten avanzar. Es por eso que, con apoyo de otras mujeres exitosas, he llevado a cabo iniciativas para poder inspirar a otras mujeres a lograr sus metas, sobresalir en las situaciones que viven y convertirse en emprendedoras. Creo que nosotras que ya hemos pasado por esos obstáculos y adversidades, podemos brindarles ayuda a través de nuestra propia experiencia, y con nuestro testimonio sustentarles la seguridad de que con el trabajo, la dedicación y la valentía su propia voz puede hacer eco no solo en el presente, sino en las generaciones futuras, y que pueden lograr lo que se propongan.
Los tiempos han cambiado, y las mujeres ya no competimos entre nosotras; nos ayudamos entre todas. Y aunque estas iniciativas no son excluyentes, el foco principal son las mujeres, porqué somos el pilar de la sociedad como madres y ciudadanas.
Aún queda mucho trabajo por hacer. Sí nosotras mismas no damos los primeros pasos, nadie más lo hará en nuestro lugar. Creo que juntas somos más fuertes, unidas somos capaces de cambiar al mundo.